El ámbito empresarial ha venido experimentando profundas y aceleradas transformaciones en todos sus contextos. La obsolescencia de algunos paradigmas da lugar a la búsqueda y descubrimiento de otros que den respuesta a las diversas exigencias planteadas por el mundo globalizado. En el campo empresarial, las organizaciones están en la búsqueda continua de estrategias que les permitan mantenerse en el tiempo y ser competitivas. En este sentido, se señala a la ética como un componente importante que cobra auge dentro de la práctica empresarial actual.
Los desafíos éticos que enfrentan las organizaciones hoy día son reales y sustanciales; siendo la conducta antiética la principal causa de la ineficiencia operacional y de la deficiente calidad que merma las fortalezas competitivas de una empresa.
Las empresas como organizaciones deben justificar su espacio en la sociedad y garantizar su permanencia; para ello, deben llevar adelante gestiones basadas en la excelencia, fundamentando y nutriendo sus acciones en los valores contenidos en las misiones y visiones, así como en sus propios códigos éticos.
La excelencia empresarial tiene un carácter colaborativo, de manera que el espíritu corporativo se ubica en el núcleo de la excelencia empresarial. No hay que perder de vista que los códigos de ética se sostienen de la ética individual, profesional y social.
La ética individual está constituida por los valores resultados de la influencia de la educación y la familia.
La ética profesional se integra por los valores organizacionales y se utiliza para tomar decisiones sobre lo que es un comportamiento apropiado en la empresa.
La ética social, se refiere al bien común y la responsabilidad social.
La calidad permite el alcance de la excelencia en los procesos de trabajo, por lo tanto, las organizaciones excelentes trabajan según la filosofía de la calidad, dando una valoración importante a la ética, de manera que la ética y la excelencia se vinculan invariablemente.
El concepto de excelencia ha sufrido varias cambios durante su evolución, entre ellos los siguientes:
Concepto de excelencia
Morris (2000)
"La excelencia organizacional descansa sobre cuatro bases: verdad, belleza, bondad y unidad. De manera específica, la bondad corresponde a la dimensión de la experiencia humana moral. El aspecto ético está circunscrito a la base bondad; en consecuencia, para alcanzar la excelencia hay que ser ético. La ética se convierte en una fortaleza que genera satisfacción personal suprema y ésta a su vez, genera fortaleza corporativa suprema con gente buena trabajando en buenas relaciones laborales y que forman una buena comunidad"
El modelo de organización de excelencia se le asigna a una empresa que trabaja por y para el (la) cliente(a), que cuenta con un riguroso control y seguimiento de todos sus procesos para garantizar la satisfacción total de sus clientes(as) y además maneja prácticas éticas que garantizan la transparencia en todos sus servicios, brindando en sus servicios y/o productos un mayor valor agregado.
Una frase de una organización de excelencia se atribuye a un gran empresario mexicano, don Lorenzo Servitje, fundador de Grupo Bimbo. La frase resume muy bien las prácticas éticas:
"Una empresa será lo que es su gente y su gente será lo que su jefe es".
Los desafíos éticos que enfrentan las organizaciones hoy día son reales y sustanciales; siendo la conducta antiética la principal causa de la ineficiencia operacional y de la deficiente calidad que merma las fortalezas competitivas de una empresa.
Las empresas como organizaciones deben justificar su espacio en la sociedad y garantizar su permanencia; para ello, deben llevar adelante gestiones basadas en la excelencia, fundamentando y nutriendo sus acciones en los valores contenidos en las misiones y visiones, así como en sus propios códigos éticos.
La excelencia empresarial tiene un carácter colaborativo, de manera que el espíritu corporativo se ubica en el núcleo de la excelencia empresarial. No hay que perder de vista que los códigos de ética se sostienen de la ética individual, profesional y social.
La ética individual está constituida por los valores resultados de la influencia de la educación y la familia.
La ética profesional se integra por los valores organizacionales y se utiliza para tomar decisiones sobre lo que es un comportamiento apropiado en la empresa.
La ética social, se refiere al bien común y la responsabilidad social.
La calidad permite el alcance de la excelencia en los procesos de trabajo, por lo tanto, las organizaciones excelentes trabajan según la filosofía de la calidad, dando una valoración importante a la ética, de manera que la ética y la excelencia se vinculan invariablemente.
El concepto de excelencia ha sufrido varias cambios durante su evolución, entre ellos los siguientes:
Concepto de excelencia
Morris (2000)
"La excelencia organizacional descansa sobre cuatro bases: verdad, belleza, bondad y unidad. De manera específica, la bondad corresponde a la dimensión de la experiencia humana moral. El aspecto ético está circunscrito a la base bondad; en consecuencia, para alcanzar la excelencia hay que ser ético. La ética se convierte en una fortaleza que genera satisfacción personal suprema y ésta a su vez, genera fortaleza corporativa suprema con gente buena trabajando en buenas relaciones laborales y que forman una buena comunidad"
El modelo de organización de excelencia se le asigna a una empresa que trabaja por y para el (la) cliente(a), que cuenta con un riguroso control y seguimiento de todos sus procesos para garantizar la satisfacción total de sus clientes(as) y además maneja prácticas éticas que garantizan la transparencia en todos sus servicios, brindando en sus servicios y/o productos un mayor valor agregado.
Una frase de una organización de excelencia se atribuye a un gran empresario mexicano, don Lorenzo Servitje, fundador de Grupo Bimbo. La frase resume muy bien las prácticas éticas:
"Una empresa será lo que es su gente y su gente será lo que su jefe es".
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