Todas las organizaciones buscan obtener una ventaja competitiva, es decir, contar con una posición favorable con respecto a los demás competidores en la industria, esta ventaja involucra el entendimiento de las condiciones, factores y fuentes de ventajas para crear e incrementar el valor del producto o servicio para el cliente; las cuatro fuentes de productos o servicios únicos son la capacidad financiera o económica, la capacidad estratégica del producto, la capacidad tecnológica u operacional y la capacidad organizacional.
Una organización cuenta con una ventaja competitiva cuando es capaz de crear más valor económico, en donde el valor económico se refiere a la diferencia entre los beneficios de adquisición percibidos por un cliente que compra productos o servicios de la empresa y el costo económico total de dichos productos o servicios, entonces, el tamaño o dimensión de la ventaja competitiva de la organización es la diferencia entre el valor económico que ésta crea en comparación con el valor económico que pueden crear los competidores; las ventajas competitivas pueden ser temporales (se mantienen por corto tiempo) o sostenidas (se mantienen por largos periodos de tiempo), dependiendo de su duración y de las estrategias que se generen e implementen para mantener el valor percibido por el cliente y por tanto el valor económico (Barney, 2007).
Para lograr tener una ventaja competitiva es necesario generar estrategias que permitan mantener en el tiempo el valor que percibe el cliente, algunas de estas estrategias pueden orientarse a la reducción de costos, la flexibilidad de las operaciones y la diferenciación de productos o servicios (Porter, 2002).
Una organización cuenta con una ventaja competitiva cuando es capaz de crear más valor económico, en donde el valor económico se refiere a la diferencia entre los beneficios de adquisición percibidos por un cliente que compra productos o servicios de la empresa y el costo económico total de dichos productos o servicios, entonces, el tamaño o dimensión de la ventaja competitiva de la organización es la diferencia entre el valor económico que ésta crea en comparación con el valor económico que pueden crear los competidores; las ventajas competitivas pueden ser temporales (se mantienen por corto tiempo) o sostenidas (se mantienen por largos periodos de tiempo), dependiendo de su duración y de las estrategias que se generen e implementen para mantener el valor percibido por el cliente y por tanto el valor económico (Barney, 2007).
Para lograr tener una ventaja competitiva es necesario generar estrategias que permitan mantener en el tiempo el valor que percibe el cliente, algunas de estas estrategias pueden orientarse a la reducción de costos, la flexibilidad de las operaciones y la diferenciación de productos o servicios (Porter, 2002).
En este sentido, la administración y el desarrollo efectivo de las personas son factores claves para lograr mejoras en el desempeño de la empresa de turismo alternativo, por lo tanto, el desarrollo y capacitación de los empleados es indispensable, pues son las personas las únicas que pueden crear y aumentar el valor del negocio frente a los clientes; cuando los turistas visitan el destino, el lugar o atracción, no sólo compran el encanto y las actividades, también adquieren la capacidad y los servicios de los empleados.
Las habilidades de liderazgo efectivo son importantes para hacer frente con éxito a la operación diaria del turismo alternativo mediante la motivación de los colaboradores, proveedores y comunidad local en beneficio no sólo de los clientes o turistas, sino también de todos los involucrados. Tracey y Hinkin (1994 y 1996) y Testa (2002) explicaron que los principales cambios en el entorno de las empresas turísticas requieren de líderes capaces de examinar de manera integral a la organización en el día a día, con visión para reconocer los cambios necesarios y gestionar los cambios para adaptarse al mercado cambiante.
Las habilidades de liderazgo efectivo son importantes para hacer frente con éxito a la operación diaria del turismo alternativo mediante la motivación de los colaboradores, proveedores y comunidad local en beneficio no sólo de los clientes o turistas, sino también de todos los involucrados. Tracey y Hinkin (1994 y 1996) y Testa (2002) explicaron que los principales cambios en el entorno de las empresas turísticas requieren de líderes capaces de examinar de manera integral a la organización en el día a día, con visión para reconocer los cambios necesarios y gestionar los cambios para adaptarse al mercado cambiante.
La operación del negocio alternativo involucra muchas actividades, tantas como las de cualquier hospedaje o servicio convencional, mas todas aquellas ya comentadas a lo largo de este curso y que permiten proveer de un amplio rango de servicios a los visitantes para cubrir todas sus necesidades de forma única, novedosa y distinta; todas las cuales ocupan recursos, tiempo de personal, materiales, espacio, energía, y equipo; en resumen, producir resultados tangibles e intangibles que conforman la experiencia del turista.
Desempeñar estas operaciones tiene costos a corto y largo plazo, e implicaciones en la utilidad del negocio, en función de esto se debe planear y adoptar una organización operacional que realice todas sus operaciones con eficiencia en el consumo de recursos, con la menor cantidad posible de desperdicio en la generación y entrega de los servicios que los clientes esperan y por los cuales pagan.
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