Ejecutar cualquier acto que pueda poner en peligro su propia seguridad, la de
sus compañeros de trabajo o la de terceras personas.
Faltar al trabajo sin causa justificada o sin permiso del patrón.
Substraer de la empresa o establecimiento útiles de trabajo, materia prima o
elaborada.
Presentarse al trabajo en estado de embriaguez, bajo la influencia de algún
narcótico o droga enervante, salvo que exista prescripción médica.
Suspender las labores sin autorización del patrón.
Usar los útiles y herramientas suministrados por el patrón, para una actividad
distinta a la que están destinados.
Prestar auxilios en cualquier tiempo que se necesiten, cuando por siniestro o
riesgo inminente peligren las personas o los intereses del patrón o de sus
compañeros de trabajo.
Someterse a los reconocimientos médicos previstos en el reglamento para
comprobar que no padece alguna incapacidad o enfermedad de trabajo,
contagiosa o incurable.
Guardar escrupulosamente los secretos técnicos, comerciales y de fabricación
de los productos a cuya elaboración concurran directa o indirectamente.
Las prohibiciones a los trabajadores son en justa medida como son aplicadas a los patrones independientemente de las características de su actividad laboral el buen comportamiento debe de prevalecer y debe orientarse a las necesidades e intereses de los patrones.
Un claro ejemplo lo es en la industria turística ya que debe garantizar que los
empleados que desarrollan estas actividades cuentan con honradez, discreción,
calidad y eficacia entre las más destacadas, son actitudes que reflejan un buen
comportamiento.
En las industrias sus requerimientos son diferentes pudiendo citar el secreto industrial, evitando plagios, cumplir con las normas de seguridad e higiene, aspectos precisos para las características de un organismo en especifico.
El buen comportamiento va de la mano con las necesidades del entorno laboral que el patrón establezca y en muchas ocasiones el mal comportamiento de los trabajadores vulnera la integridad no solo de su trabajo sino de sus compañeros y por consiguiente de las responsabilidades del patrón.
Al igual que las obligaciones y prohibiciones de los patrones, también las de los
trabajadores estarán sujetas a incrementarse o reducirse por el patrón siempre y
cuando no afecte los derechos básicos del trabajador.
Para ver las obligaciones y prohibiciones completas te recomendamos ver el artículo 134 de la Ley Federal del Trabajo (2012)
Las obligaciones y prohibiciones de los trabajadores son necesarias no solo para dar reciprocidad a las que tiene el patrón, si no para garantizar un clima laboral
encaminado a que cada quien tenga claro su ámbito de responsabilidad así como sus limitantes, lo anterior para tener una relación armoniosa patrón-trabajador que beneficie el producto del trabajo en todas las partes que intervengan.
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