Aunque la desertificación (o desertización)
continúa avanzando en América latina y el Caribe,
las tierras áridas también pueden generar riqueza.
Estos ecosistemas tienen el potencial de producir
electricidad por energía solar o eólica, permiten
cultivar peces y atraer turismo, además de que su
fauna y flora contienen principios medicinales
poderosos que pueden ser aprovechados. Aunque
en la región se explota una mínima proporción de
las tierras desérticas, hay algunos casos exitosos.
Los desiertos se podrían convertir en la fuente de electricidad libre de carbón para las habitaciones del siglo XXI; un área de 800 por 800 kilómetros de un desierto como el Sahara podría capturar suficiente energía solar para satisfacer las necesidades eléctricas de todo el mundo, e inclusive más.
El turismo basado en la naturaleza de los desiertos (safaris fotográficos para la
observación de flora y fauna) puede proporcionar nuevas posibilidades y perspectivas para los pueblos de las regiones más pobres del mundo.
En México se busca preservar a los roedores,
conocidos como perros de la pradera, en una zona
de Chihuahua de 500 mil hectáreas amenazada
por la desertización; se pretende que este territorio
se declare reserva natural, pues si esto sucede
podrían llegar otros animales que se alimentan de
ellos en un número tan alto que transformarían el
lugar en un gran atractivo turístico, similar al
parque natural estadounidense de Yellowstone
¿Como puedo citar esta información?
ResponderEliminar