Durante los últimos años las organizaciones han adoptado equipos de trabajo para mejorar tanto la productividad como la calidad y elevar la satisfacción propia de cada empleado, no obstante para que un equipo de trabajo cumpla con los objetivos y metas de la empresa hay que considerar que cumpla con una serie de características, una de ellas es el número de personas para integrar un equipo de trabajo, es decir, el tamaño debe estar directamente relacionado con el tipo de tarea o trabajo para el cuál fue formado, sin embargo un estimado de personas que se considera conveniente al momento de hacer equipos de trabajo es de un máximo de diez personas debido a que (Koontz, Weihrich y Cannice, 2012: 474):
Facilita la toma de decisiones y acuerdos en común de manera rápida y efectiva.
Permite concentrar los esfuerzos actuales en los detalles de la tarea.
Posibilita el conocimiento mutuo debido a que las relaciones entre los integrantes son más sólidas.
Además de considerar el tamaño de los equipos de trabajo hay que dejar claras las metas y el propósito (misión, visión, valores) para proporcionar en los equipos de trabajo algunas de las siguientes ventajas:
Definir los roles para los integrantes del equipo.
Facilitar la comunicación.
Mantener claro el enfoque de trabajo.
Fomentar un ambiente cordial, de continuo aprendizaje y crecimiento entre los
integrantes.
Reconocer el logro y elegir un reto que impulse el desarrollo del trabajo con
efectividad.
Realimentar el desempeño colectivo e individual.
Otras de las características con las que deben de cumplir los equipos de trabajo para que funcionen se enlistan a continuación (Rodríguez y Vázquez, 2004):
El enfoque común sobre la tarea: se entiende como la manera específica y
particular en la que el equipo hace frente a sus obligaciones. Comprende los
métodos, herramientas y procedimientos que el equipo debe utilizar, para realizar
sus labores y alcanzar los objetivos.
La responsabilidad compartida: es entendida como la manera específica y
particular en la que todos los equipos de trabajo, son corresponsables de los
éxitos o fracasos frente a los resultados esperados. Esto se da cuando existe
plena confianza y respeto para con los demás integrantes y el compromiso de
responder al trabajo para "no hacer quedar mal al equipo". No existen pretextos
ante un incumplimiento individual porque el equipo está dispuesto a asumir y
rendir cuentas en común: "no se culpa a otra persona por los errores, ni tampoco
se atribuye a una sola persona el éxito".
De acuerdo con Katzenbach y Smith (1994), la característica más importante de los equipos es la disciplina, que se refiere al desarrollo de una capacidad; es también el entrenamiento que permite perfeccionar algo o perfeccionarse, porque es un sistema de reglas que gobiernan el desempeño y finalmente el control sobre los resultados de lo que se realiza. La disciplina está basada en principios que rigen la conducta o la ejecución,
suponen la persistencia y la perseverancia. Este factor es el que hace posible que el equipo alcance con firmeza los resultados esperados. Entonces los equipos de trabajo son funcionales gracias a la riqueza del equipo de trabajo y su potencial para colaborar en las operaciones que realiza, lo que reside en la aportación de cada integrante a través de sus conocimientos, habilidades y experiencias al grupo en el que se desempeña, lo que trae como ventajas para la organización:
La diversidad de competencias y técnicas para solucionar problemas.
La capacidad de mantener una relación armónica y productiva con los integrantes del equipo.
La correcta definición del carácter o estilo propio del equipo.
La capacidad de hacer cosa y lograr resultados.
La creatividad e innovación.
Pero para que un equipo de trabajo funcione de acuerdo con lo que espera la empresa hay que considerar dos dimensiones (Robbins, 2004):
1. Línea laboral: tiene que ver con el trabajo que lleva a cabo el equipo, esto es,
alcanzar las metas establecidas; involucra: desarrollar, planear, acceder, actuar,
dar servicio, ofrece un resultado, entre otros.
2. Cíclica o dinámica: ayuda a crear y mantener el espíritu de inquietud del grupo.
Representa la forma en que los integrantes se relacionan unos con otros (qué
también se llevan, sí se aceptan, cómo resuelven sus desacuerdos y sí cada
persona tiene igual oportunidad para contribuir e influir en la toma de decisiones),
es la dimensión que promueve la unidad con referencia a la empatía y la
convivencia.
Con lo anterior se puede vislumbrar que organizar equipos de trabajo no es tarea fácil ni sencilla, pero si implica conocer para qué sirven y cuáles son las características que debe de tener ya sea el equipo de trabajo en el que se está trabajando o del que se será parte en algún momento dado.
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