Por lo general hemos definido la toma de decisiones como la “selección entre alternativas. Esta manera de considerar la toma de decisiones es bastante simplista, porque la toma de decisiones es un proceso en lugar
de un simple acto de escoger entre diferentes alternativas. La figura siguiente nos muestra el proceso de toma de decisiones como una serie de ocho pasos que comienza con la identificación del problema, los pasos para seleccionar una alternativa que pueda resolver el problema, y concluyen con la evaluación de la eficacia de la
decisión. Este proceso se puede aplicar tanto a sus decisiones personales como a una acción de una empresa, a
su vez también se puede aplicar tanto a decisiones individuales como grupales. Vamos a estudiar con mayor
profundidad las diversas etapas a seguir para un mayor conocimiento del proceso:
Etapa 1.- La identificación de un problema
El proceso de toma de decisiones comienza con un problema, es decir, la discrepancia entre un estado
actual de cosas y un estado que se desea. Ahora bien, antes que se pueda caracterizar alguna cosa como un
problema los administradores tienen que ser conscientes de las discrepancias, estar bajo presión para que se
tomen acciones y tener los recursos necesarios. Los administradores pueden percibir que tienen una
discrepancia por comparación entre el estado actual de cosas y alguna norma, norma que puede ser el
desempeño pasado, metas fijadas con anterioridad o el desempeño de alguna otra unidad dentro de la
organización o en otras organizaciones. Además, debe existir algún tipo de presión en esta discrepancia ya que
si no el problema se puede posponer hasta algún tiempo en el futuro. Así, para iniciar el proceso de decisión, el
problema debe ejercer algún tipo de presión sobre el administrador para que éste actúe. Esta presión puede
incluir políticas de la organización, fechas límites, crisis financieras, una próxima evaluación del desempeño
etc.
Por último, es poco factible que los administradores califiquen a alguna cosa de problema sino tienen
la autoridad, dinero, información, u otros recursos necesarios para poder actuar, ya que sino describen la
situación como una en la que se les coloca ante expectativas no realistas.
Paso 2.- La identificación de los criterios para la toma de decisiones.
Una vez que se conoce la existencia del problema, se deben identificar los criterios de decisión que
serán relevantes para la resolución del problema. Cada persona que toma decisiones suele tener unos criterios
que los guían en su decisión. Este paso nos indica que son tan importantes los criterios que se identifican como
los que no; ya que un criterio que no se identifica se considerará irrelevante por el tomador de decisiones.
Paso 3.- La asignación de ponderaciones a los criterios.
Los criterios seleccionados en la fase anterior no tienen todos la misma importancia, por tanto, es
necesario ponderar las variables que se incluyen en las lista en el paso anterior, a fin de darles la prioridad
correcta en la decisión. Este paso lo puede llevar a cabo dándole el mayor valor al criterio preferente y luego
comparar los demás para valorarlos en relación al preferente.
Paso 5.- El desarrollo de alternativas.
Este paso consiste en la obtención de todas las alternativas viables que puedan tener éxito para la
resolución del problema.
Paso 5.- Análisis de las alternativas.
Una vez que se han desarrollado las alternativas el tomador de decisiones debe analizarlas
cuidadosamente. Las fortalezas y debilidades se vuelven evidentes según se les compare con los criterios y
valores establecidos en los pasos 2 y 3. Se evalúa cada alternativa comparándola con los criterios. Algunas
valoraciones pueden lograrse en una forma relativamente objetiva, pero, sin embargo, suele existir algo de
subjetividad, por lo que la mayoría de las decisiones suelen contener juicios.
Paso 6.- Selección de una alternativa
Este paso consiste en seleccionar la mejor alternativa de todas las valoradas.
Paso 7.- La implantación de la alternativa.
Mientras que el proceso de selección queda completado con el paso anterior, sin embargo, la decisión
puede fallar si no se lleva a cabo correctamente. Este paso intenta que la decisión se lleve a cabo, e incluye dar
a conocer la decisión a las personas afectadas y lograr que se comprometan con la misma. Si las personas que
tienen que ejecutar una decisión participan en el proceso, es más fácil que apoyen con entusiasmo la misma.
Estas decisiones se llevan a cabo por medio de una planificación, organización y dirección efectivas.
Paso 8.- La evaluación de la efectividad de la decisión.
Este último paso juzga el proceso el resultado de la toma de decisiones para verse se ha corregido el
problema. Si como resultado de esta evaluación se encuentra que todavía existe el problema tendrá que hacer el
estudio de lo que se hizo mal. Las respuestas a estas preguntas nos pueden llevar de regreso a uno de los
primeros pasos e inclusive al primer paso.
Para adoptar algunos tipos de decisiones se suelen utilizar modelos. Estos se pueden definir como una
representación simplificada de una parte de la realidad, y ello porque en muchos casos la realidad es tan
compleja que, para comprenderla hay que simplificarla tomando de ella los aspectos que resultan más
relevantes para el análisis de que se trate y no teniendo en cuenta los que resultan accesorios. El principal
objetivo de un modelo es permitir una mejor comprensión y descripción de la parte de la realidad que
representa. Esa mejor comprensión de la realidad permite tomar mejores decisiones. Los modelos se pueden
clasificar atendiendo a numerosos criterios entre ellos:
1. Modelos objetivos y subjetivos. En ocasiones los sucesos no se pueden experimentar objetivamente, y
no existen métodos formales para su estudio, por lo que los modelos han de ser informales, subjetivos
y basarse en la intuición.
2 Modelos analíticos y de simulación. Los modelos analíticos son aquellos que sirven para obtener
soluciones, por lo tanto han de ser resueltos. Los modelos de simulación son representaciones
simplificadas de la realidad sobre las que se opera para estudiar los efectos de las distintas alternativas
de actuación.
3. Modelos estáticos y dinámicos. Los modelos estáticos son aquellos que no utilizan la variable tiempo,
en tanto que los dinámicos son aquellos que incorporan el tiempo como variable o como parámetro
fundamental.
5. Modelos deterministas y probabilísticos. En los modelos deterministas se suponen conocidos con
certeza todos los datos de la realidad que representan. Si uno o varios datos se conocen sólo en
términos de probabilidades, el modelo se denomina probabilístico, aleatorio o estocástico.
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