La UNESCO (1999), divide al patrimonio en cultural y natural, de tal manera que cada uno
de ellos tiene sus propias características, que a continuación se explican:
Patrimonio cultural: está formado por todos los bienes culturales que la historia ha
legado a una nación y por aquellos que en el presente se crean y a los que la sociedad
les otorga una especial importancia histórica, científica, simbólica o estética.
El patrimonio cultural tangible que es la expresión de las culturas a través de
grandes realizaciones materiales, que a la vez se clasifica en mueble e inmueble:
Patrimonio tangible mueble: comprende los objetos arqueológicos, históricos,
artísticos, etnográficos, tecnológicos, religiosos, artesanales y folklóricos que
constituyen colecciones importantes para las ciencias, la historia del arte y la
conservación de la diversidad cultural del país.
Patrimonio tangible inmueble: está constituido por los lugares, sitios,
edificaciones, obras de ingeniería, centros industriales, conjuntos arquitectónicos,
zonas típicas y monumentos de interés o valor relevante desde el punto de vista
arquitectónico, arqueológico, histórico, artístico o científico reconocidos y
registrados como tales, todos estos bienes culturales son obras o producciones
humanas que no pueden ser trasladadas de un lugar a otro.
Patrimonio cultural intangible: está constituido por aquella parte invisible que
reside en la esencia de las culturas. En el mundo existen miles de culturas que han concentrado su saber, sus experiencias y la memoria de sus antepasados en la tradición oral. El patrimonio intangible o inmaterial coincide con la cultura entendida como "el conjunto de rasgos distintivos, espirituales, intelectuales y afectivos que caracterizan a una sociedad y que va más allá de las artes y de las letras", una de sus principales características son los intercambios interculturales en que participa.
Está constituido por la poesía, los ritos, los modos de vida, la medicina tradicional, la religión popular y las tecnologías tradicionales de nuestro entorno, así como las lenguas, la música, las danzas, los bailes festivos, trajes típicos que identifican cada región, la cocina, mitos y leyendas, adivinanzas, cantos infantiles y creencias mágicas.(Consejo de Monumentos Nacionales, 1999).
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