El carácter dinámico, multifacético y multidisciplinario que tiene el capital humano, ha llevado a un cambio de paradigma desde la perspectiva empresarial, donde la gestión basada en resultados se ha ido abriendo paso a medida que se va demostrando su impacto en el éxito de las empresas. Estos cambios se pueden apreciar en la tabla a continuación, Phillips (2006:19)
Este cambio de paradigma ha estado influenciado por cambios importantes como:
• La internacionalización de la actividad de las empresas, que permite un mayor
contacto con diferentes culturas, y mayor presencia geográfica y el reto que
significa aprovechar eficientemente la mano de obra local, en la creación en
muchos casos de equipos de trabajo multinacionales.
• Las tendencias en los mercados laborables, con una mayor presencia de la mujer y los efectos de una mayor edad de jubilación, hacen más heterogéneas y
diversas las organizaciones.
• Las estrategias empresariales que permiten la creación de alianzas estratégicas ya no entre empresas, sino entre diferentes estructuras de ellas, las fusiones, y
adquisiciones, la penetración de las franquicias, todo lo cual influye en los
esquemas de trabajo.
• El papel económico de las empresas de servicios y la importancia que tiene para
estas empresas la relación con el cliente, por lo que sus estructuras deben reflejar
la diversidad de los segmentos de mercado que atienden.
En este conjunto de cambios otro elemento importante a señalar es el valor del capital humano como activo intangible de las empresas, pero, ¿a qué nos referimos cuando decimos esto? Debemos entender que los activos intangibles, como analiza Phillips (2006: 146-149) son considerados como claves para establecer una ventaja competitiva, que el know-how no puede ser adquirido por la competencia, y además está ligado a la persona que lo posee, e influye en todas las actividades que este realiza, de ahí que es necesario invertir, desarrollar y fomentar el valor del conocimiento para que sea transformado en bienes y servicios que generen riqueza.
Por último debemos mencionar, que junto a las aspectos demográficos que forman parte del capital humano como son: edad, género, origen, educación, antigüedad en puestos, también se debe analizar lo que se ha dado en llamar la diversidad del capital humano, que no es más que las diferencias que se presentan en cuanto a conocimientos, habilidades y destrezas entre los individuos. De esta forma las organizaciones y sus estructuras pueden diferenciarse en cuanto a:
• El conocimiento de los sistemas y procesos de trabajo.
• Las habilidades que apoyen el funcionamiento de las organizaciones, el "saber
hacer", que puede afectar el desarrollo del trabajo.
• La experiencia que enriquece el capital humano de un trabajador por situaciones
laborales anteriores y puede tener un efecto importante en su rendimiento.
• Los valores que enfocados adecuadamente representan un importante apoyo para el desarrollo de los equipos de trabajo y las empresas.
Una sala de datos m & a es una solución eficaz para el almacén de documentación privada durante transacciones de fusiones y adquisiciones.
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