Según Gurría (2009, p.43), México es uno de los países que se han preocupado por profesionalizar el campo turístico. Se han creado programas de enseñanza turística en instituciones educativas que permiten preparar personas eficientes en las diferentes áreas y niveles, para lograr que los servicios fundamentales de apoyo, investigación y planeación estén en manos de auténticos profesionales. Un profesional, ama la actividad y honra la profesión en un marco ético.
La creación de las escuelas de hotelería y después de turismo, con el fin de proveer recursos humanos para el desarrollo de los servicios de transportación, alojamiento alimento y recreación, son ejemplos de esta profesionalización. Gurría (2009 p.42)
En el país se generan más de 1.8 millones de empleos, según el Banco Interamericano para el Desarrollo (BID, 2006), los cuales adquieren mano de obra calificada y otra que no lo es; como vendedores de artesanías, trabajadores de espectáculos, acomodadores o valet parking. La mano de obra calificada y no calificada, que se usa dentro del sector turístico representa la generación de empleos directos.
Sin embargo, debido al efecto multiplicador del sector, también se requiere de mano de obra dentro de las actividades circuncidantes a la actividad turística, que se denomina empleo indirecto. Lo anterior, porque no depende del turismo, es un efecto colateral de su crecimiento, al utilizar recursos provenientes de otras industrias, pues se tienen la necesidad de contratar más personal para cumplir con sus compromisos.
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