En 1997 la comunidad del ejido Adolfo López Mateos, colindante con la Zona Núcleo II de la Reserva de la Biosfera de Los Tuxtlas, inició una experiencia de turismo responsable en Veracruz. Todo empezó con un taller participativo en 1993, cuando la asamblea ejidal decidió una restricción voluntaria del uso de sus recursos naturales para la conservación 100 hectáreas de terrenos de selva virgen.
Así comenzó la experiencia ecoturística campesina de la Selva del Marinero, que ofrece acampar en un ecosistema de selva alta perennifolia dentro de la Reserva de la Biosfera de Los Tuxtlas; caminatas para la observación de aves (tucanes, águilas y cotorras); recorridos por senderos de interpretación ambiental en el bosque de niebla y selva tropical, así como convivencia con la población campesina y comidas en casas de ejidatarios.
FUNDACIÓN HACIENDAS DEL MUNDO MAYA A.C.
Un caso de éxito mexicano, de turismo sustentable de clase mundial, que ha sido galardonado por el World Travel and Tourism Council, con el premio "Turismo para un mejor mañana".
Se trata de un nuevo tipo de esfuerzo turísticas multidisciplinario en la Península de Yucateca, respaldado por la Fundación de Haciendas en el Mundo Maya, que reúne a desarrolladores como grupo Plan, hoteleros como Starwood, agencias de viajes como Catherwood Travels, aunados a Sectur, al Gobierno de Estado y al Gobierno Municipal.
Es un modelo que involucra a diferentes actores en toda la cadena de valor, servicios, autoridades, y comunidades, que juntos rescatan y ponen en alto nuestros valores, al mismo tiempo que ofrece una vida digna para muchos más mexicanos y mexicanas creando un modelo sustentable, que yo creo es un ejemplo a seguir, para llevar nuestra industria turística al siguiente nivel en muchísimas regiones del país.
El secreto de este nuevo modelo turístico es involucrar al turista en una experiencia vivencial, que permite a todos los involucrados aprender y crecer.
Bajo este nuevo modelo de turismo, el viajero no es simplemente mimado en la hacienda, sino que crece a través de conocer y vivir la región. Por ejemplo, imagínate estás en la hacienda de Santa Rosa y antes de salir a explorar, participas en preparar y enterrar una cochinita pibil, que disfrutarás al regreso de tu expedición con un historiador, que nos permite ver a través de sus ojos la historia, arquitectura y arte, de la ciudad blanca; Mérida.
LA EMPRESA KUYIMÁ EN BAJA CALIFORNIA SUR, MÉXICO
Ecoturismo Kuyimá es una empresa mexicana que por sus altos estándares de calidad ha logrado la certificación de Green Globe. Basa sus actividades en el avistamiento de la ballena gris en la Laguna San Ignacio, Baja California Sur, México. Fue fundada hace diecisiete años por un grupo de oceanólogos y pescadores que supieron aprovechar los instrumentos de la política ambiental mexicana como una oportunidad para diversificar sus actividades económicas, encontrando en el ecoturismo la base para el desarrollo comunitario sustentable.
José de Jesús Varela es el fundador de la empresa de Ecoturismo Kuyimá y siempre ha sido su director, hacia 1985 empezó a trabajar en la región, reorganizando con otros colegas oceanólogos la sociedad cooperativa 19 de Septiembre, fundada por oceanólogos y dedicada en su origen al cultivo del ostión, hacia finales de la década de 1980, los compromisos nacionales e internacionales de protección a la ballena gris, impondrían un giro a las actividades económicas realizadas en las lagunas de la región del Vizcaíno. Efectivamente, el 30 de noviembre de 1988, con el decreto de creación de la Reserva de la Biosfera "El Vizcaíno" (REBIVI), México culminaba un esfuerzo de protección a esos cetáceos iniciado desde 1933 cuando se adhirió a la Convención de Ginebra para la protección de Ballenas, y en 1948 formalizó su adhesión a la Convención Internacional y Protocolo para la Reglamentación de la Caza de la Ballena, La creación de la REBIVI requería la elaboración de un programa de manejo para la reserva en general, pero que imponía medidas restrictivas para la pesca en los cuerpos lagunares durante la temporada de estadía de la ballena gris. No obstante, lo que aparentaba ser un problema resultó siendo una gran oportunidad de desarrollo. En 1989, las autoridades del gobierno del Estado, con algunas autoridades federales y el presidente municipal de Mulegé, invitaron a los representantes de los grupos productores de laguna San Ignacio a una reunión en el pueblo de San Ignacio, para analizar la necesidad de suspender las actividades de pesca durante el invierno.
Se firmó un convenio, autorizando en 1989 que los pescadores continuaran con su actividad en las zonas someras y en 1990 se expidió el primer permiso, a nombre del ejido Luis Echeverría, para que seis embarcaciones realizaran las actividades turísticas de avistamiento de las ballenas en la laguna San Ignacio.
Ese fue el inicio de una empresa que, por la necesidad de encontrar alternativas productivas y por el empeño de sus fundadores, se encuentra en los orígenes de una de las actividades que mejores perspectivas ofrecen al desarrollo sustentable en Baja California Sur.
Referencia Bibliográfica:
Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (2010), Patrimonio natural de México. Cien casos de éxito. México.
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